Llevo días dándole vueltas a cómo
puedo enfocar un post sobre la Semana Santa de Sevilla, de mi ciudad. Y no se
me ocurre nada. No consigo encontrar las palabras para describir lo que se
siente cuando ves un paso por las calles de esta maravillosa ciudad, cuando
escuchas el rachear de las alpargatas de los costaleros en la oscuridad del
Barrio Santa Cruz, cuando encuentras hombres que levantan más de 1.000 kilos como si
fuesen 100 gramos, cuando ves de lejos un palio que se desliza entre la multitud con elegancia y poderío, cuando la cara de un Cristo hace
que se te salten las lágrimas, cuando
una saeta te sorprende y te emociona, cuando un toque de trompeta te parece el
sonido más maravilloso del mundo…No consigo encontrar las palabras exactas.
Así que he decidido no buscarlas
más. Tal vez estoy equivocada, tal vez no se puede describir con palabras esta
tradición (ahora comprendo la dificultad para escribir y recitar un pregón),
tal vez esta vez -una vez más- prefiero
la imagen a la exactitud de las palabras.