martes, 28 de octubre de 2014

Día de Muertos

Ya no queda nada!!! El día festivo que más he disfrutado aquí en el DF es sin duda el Día de Muertos. Y no es porque coincida con mi cumpleaños, que también, sino porque la ciudad se transforma en un auténtico museo de Catrinas en plena calle.

Es curioso como algo tan doloroso al otro lado del charco como es la muerte o recordar a los difuntos, los mexicanos saben transformarlo en una fiesta en la que les brindan bonitos recuerdos que se festejan durante dos días, el día 1 dedicado al alma de los niños y el día 2 al de los adultos.
Parece que esta tradición se remonta a la época de los Mayas, Aztecas, Purepechas, Nahuas y Totonacas y se celebraba en el noveno mes del calendario azteca, cercano a Agosto. Cuando llegaron los españoles con su deseo de catolizar y espantados por las tradiciones paganas, movieron esta celebración al mes de Noviembre, a la fecha cercana al Día de Todos los Santos. De ese mix de culturas, la católica y la indígena, los mexicanos han heredado hoy esta particular forma de honrar a sus seres queridos que "se llevo la flaca", como dicen aquí. 
Las costumbres dicen que en esas fechas se come el Pan de Muerto, aunque yo llevo viéndolo en el supermercado y pastelerías desde principios de Octubre, imagino que para los impacientes! Es un pan dulce, lo más parecido a nuestro " bollito de leche" sevillano con azúcar por encima y en algunos casos rellenos o con trozos de chocolate. A mí estos son los que más me gustan, los normales los noto un pelín secos.

Imagen tomada de mexicodesconocido.com

Otra costumbre es comer calacas, cráneos de dulce, yo no los he probado así que no os puedo decir, hacer litografías en la que catrinas representan al difunto haciendo algo que le gustaba o bromeando con algunos pasajes de su vida, etc...
Yo me quedo con el Pan de Muerto y los Altares. Si los familiares viven lejos de donde se encuentra enterrado el difunto montan un altar en su propia casa con una fotografía, calacas de alegres colores, flores y distintas ofrendas de comida y bebida, para que cuando les visite esa noche se encuentre el festín. Estos altares el Día de Muertos se montan también en las calles y plazas principales de la ciudad y son curiosísimos de ver. Mirad.

 Altar dedicado a músicos y cantantes


Ofrendas de altar de muertos

Mi barrio favorito ya sabéis cuál es, Coyoacán, y allí pasamos el Día de Muertos el año pasado, allí tomé estas fotos. Si estáis en el DF y sois nuevas en la ciudad, os aconsejo visitarlo. No os defraudará.


jueves, 16 de octubre de 2014

Penne al Salmone

Ser una familia itagnola ( leído en español "itañola" ) implica que en casa comemos pasta como se come en Italia, no tanto en cantidad -me niego a comerla a diario- sino en la forma de cocinarla.
Hace unas semanas preparamos un plato que según me dijo la parte italiana de mi familia, se puso de moda durante una época entre los jóvenes romanos cuando salían a tomar el famoso "aperitivo": Penne al Salmone.
A nosotras las españolas eso de salir a tomar unas copas y que te pongan por delante un plato de pasta para acompañar "la cervecita" nos suena bastante raro, sinceramente. Pero parece que en la década de los 90 era lo más normal que te podía pasar si ibas a tomarlas por Trastevere.

Como siempre, la he tuneado un poco añadiéndole el puerro ;-)  y os animo a hacerla, eso sí, no para acompañar cervezas sino como plato para un almuerzo de domingo casero, que fue nuestro caso. Qué aproveche!!

Ingredientes: (para dos personas)
  • 180 Grs de Penne Rigate (los que tienen rayitas). Son unos 90 grs por persona.
  • Aceite de Oliva
  • 1/2 Cebolla
  • 1 puerro
  • 2 Filetes de Salmón al natural (no ahumado)
  • 1 tetrabrik pequeño de nata para cocinar (en méxico crema)
  • 1 vaso de chupito de Brandy o de Vodka
  • 5 granos de pimienta negra
  • Perejil fresco picado
  • Sal y Pimienta molida.
  • Parmesano Rallado
Allá vamos...empezamos con la base:
En una sartén ponemos aceite de oliva para sofreir a fuego lento la cebolla y el puerro. Que sea bastante porque sino se nos quemará. Un truqui: si al principio echáis una pizca de sal fina soltará agua y se hará antes. A veces uso mantequilla pero como el salmón es ya de por sí bastante graso, en este caso me quedo con el aceite.
Una vez dorada y tierna añadimos los filetes de salmón que hemos previamente desmenuzados en trozos medianos, no demasiado pequeños, para que después al remover se sigan viendo y no se pierdan.



lunes, 6 de octubre de 2014

La Casa Azul

Hace unas semanas visité el Museo de Frida Kahlo, también conocido como La Casa Azul. Ya era hora después de más de un año viviendo en la ciudad y siendo Coyoacán mi barrio favorito en el DF, donde voy a pasear,  almorzar  (allí probé por primera y última vez los chapulines, y no es que no me gustarán, es que ya sabiendo lo que son "da grimilla" pedirlos) o a pasar días tan especiales como el de mi cumpleaños. 

He aquí el porqué la llaman "La Casa Azul"

Algunas personas me dijeron que antes de visitarla viera la película donde queda reflejada toda su vida y durante una época estuve decidida a hacerlo pero después pensé - y creo que no me equivoqué- que debía acercarme por primera vez a Frida sin saber mucho de ella, así lo que me transmitiera sería puro, sin interferencias ni contaminantes o condicionantes.  
Y así fue: fotografías, enseres personales, su propia cama o la silla de ruedas en la que tanto tiempo pasó,...

Me paseé por su casa como si me hubiera invitado a tomar un café y pude imaginar a través de sus obras, la vida de esta misteriosa mujer. ¿ Os podéis imaginar cuál fue una de las habitaciones que más me gustó? Efectivamente...la cocina!! Más adelante os enseño una foto veréis a qué me refiero. 

Para los que no sepáis de quién estoy hablando (que puede pasar) os diré que Frida fue la pintora latinoamericana más famosa del siglo XX, casada con Diego Rivera, máximo exponente del mural mexicano, revolucionaria, vanguardista, visionaria y fea...lo siento pero era muy fea. Aunque en este autoretrato tengo que decir que se sacó bastante favorecida.


Está claro que toda su vida interior, su mirada y esa manera de expresarse fue lo que cautivó a los grandes pensadores del momento, a la gente que escribió la historia de una época difícil.

Del museo, no obstante, me sorprendió la poca variedad de obra artística, está más enfocado a hacerte imaginar cómo vivió entre esas cuatro paredes que a enseñarte su arte. Hay poca pintura, algo de fotografía, pinceladas de obra plástica que me encantó -el famoso corazón de Frida que después os muestro-...es como cuando entras en una iglesia y ves toda la parte de relicario, que a mi personalmente es lo que menos me gusta. 


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