jueves, 5 de junio de 2014

La Rosa Blanca

Yo lavaba mis manos y ella hacía la flor para que me las pudiera secar. Sin duda cuando la necesidad aprieta, se agudiza el ingenio.



2 comentarios:

  1. Imagino que eso fue en La Habana. Cuando yo la visité nos alojamos en el Hotel Nacional y me encantó toda la historia que tenía y que era palpable, como la piscina de piedra que inauguró Johnny Weissmuller. Había otra más moderna, con hamacas, bar y copas, pero nosotros ni la pisamos, los baños nocturnos en ella fueron como viajar en el tiempo. Pero a lo que iba, que me disperso, es a que la camarera nos dejaba todas las mañanas una notita deseándonos buen día y con alguna frase amable. Me pareció muy original, no me ha vuelto a pasar.

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    1. Sí Paz! Fué en la última escapada a Cuba pero en un hotel de Varadero. En La Habana ya estamos como en casa, jajajaja, y la chica de planta del hotel me saluda como si fuera de su familia. La verdad es que el carácter que tienen los cubanos es fantástico. :-)

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