El puchero ya está listo para servir! Lo único es
que me han cambiado el restaurante. Afortunadamente siempre he tenido una gran
capacidad de adaptación y lo mismo me da servir el puchero en un italiano, en
un paladar cubano o en un restaurante de auténtica comida mexicana. Al final
sigue siendo puchero y ese lo llevo siempre conmigo, es mi huella de identidad.
Y ahora es cuando te explico por qué mi blog se
llama así. Con sabor a puchero es una visión del mundo, de cualquier parte
del mundo, bajo los ojos de una sevillana. ¿Cómo es el malecón Con sabor a
puchero? ¿Y la Fontana di Trevi? ¿Y el Museo de Antropología de México? Pues
cuanto menos son lugares curiosos y con magia, lugares que hacen volar mi
imaginación.
Llegar a una ciudad con 22.752 millones de
habitantes, a más de 9.000 km de distancia de la tuya es una experiencia que
hay que contar… Hablo de México DF pero voy por partes.
Recuerdo el momento en el que empezó esta aventura.
Era el 24 de Agosto de 2012, la primera vez que me montaba en un avión en
categoría Business. Parecía Alfredo Landa en “Cateto a babor”.
Y no me da vergüenza reconocerlo, de hecho lo
recuerdo y se me escapa una sonrisa. Estaba tan nerviosa y a la vez tan
contenta que lo primero que le dije a mi entonces pareja al sentarme fue: “eah, ya se me
ha olvidado comprar la botellita de agua”. Él me miró y me dijo: “Eres dolcissima,
te quiero mucho piccola mía”. Y es que mi experiencia en aviones no pasaba del
trato recibido en Ryanair, Vueling o como mucho Iberia. Todo por supuesto en la
categoría más turística que se pueda encontrar.
Sentarme en un asiento que te da masajes durante
el vuelo, que se convierte en cama por si quieres dormir o sólo descansar, con
una pantalla de Tv “enterita para ti” para que puedas ver películas, series,
jugar al Tetris o escuchar música era como estar en el Enterprise de Star Trek.
Empecé a hacerle fotografías con el móvil a todo
y a mandárselas a mis amigas y hermanas por WhatsApp…ya os digo, al más puro “
landismo”.
Me dieron mi neceser business, me coloqué mis
calcentines porque el viaje era largo y se abrió un nuevo ventanal en mi vida.
Destino:
No hay comentarios:
Publicar un comentario