lunes, 16 de diciembre de 2013

Del asombroso parecido entre el huevo y la castaña.

Si alguien te dice que México e Italia se parecen puedes pensar…Sí, como un huevo a una castaña!  Y es verdad, no tienen nada que ver (en mi opinión). Pero si tuviéramos que buscar las similitudes me quedo con dos pueblecitos que son primos hermanos: Calcata y San Miguel de Allende. El primero italiano, el segundo mexicano. Su denominador común: la artesanía y su “aire cultureta” bien justificado.

Calcata para mí fue todo un descubrimiento, que un pueblo tan bonito y pintoresco estuviera a tan sólo 40 Km de Roma me llamó la atención. Es un oasis en medio del desierto, lo opuesto al caos de la capital italiana llena de luces, pitidos de coches, gente que camina como loca de un sitio al otro, ufff….y de repente este paraíso. La idea es buenísima, reinventar un pueblo condenado al abandono con artistas: pintores, escultores, artesanos de la piel…Ir a Calcata es como el que va a un mercadillo de artesanías pero situado entre montañas y abierto 24 hrs los 365 días del año.

El escaparate es espectacular. Sus calles pequeñas, estrechas y empedradas hacen que no puedas acceder en coche, hay un parking a las afueras que te obliga -afortunadamente- , a atravesar un camino que regala vistas como éstas.




Calcata es como un centro comercial al aire libre, te invita a perderte y encontrar máscaras, tiendas vintage y gastronomía que te hace la boca agua.



Aquí no es raro entrar en una iglesia centenaria que expone las obras ganadoras de un concurso de nacimientos en el que las propuestas van desde la “Barbie Family” donde la virgen María tiene que competir con el ángel para llamar la atención de San José, la “Fanta Family”, obviamente de naranja porque la de limón prácticamente no existe en este país (y digo prácticamente porque al principio me hicieron creer que no existía de verdad) o la “ Conchiglie Family” que hubiera quedado perfecta en una escena natalicia de La Sirenita. Sea como sea no me diréis que no es una explosión de creatividad?!

                       

                                                    


Y eso es lo que te sorprende de este pueblecito, que esperas que al doblar la esquina te salga “la vieja del visillo” mirándote como si fueses un ocupa y sin embargo a quien te encuentras es al doble de Bob Marley que ha montado una tienda de antigüedades con teléfonos como los que tenía tu abuela…y que funcionan.^^


Cuando llegué a México todos me decían que debía visitar San Miguel de Allende, una de las ciudades (aunque para mí es más pueblo) coloniales más importante y turística del país. Con todas las expectativas que me habían creado pensé que sinceramente me defraudaría, pero no fue así. San Miguel me enamoró desde “el minuto 1” y sé que más temprano que tarde voy a volver. Con el miedo que teníamos a salir de la ciudad y nada más lejos de la realidad, qué tranquilidad pasear por sus calles!


 Al igual que Calcata también es un pueblo de montaña pero a diferencia del primero, desprende colorido y luz. El arte y la cultura también se respiran en cada rincón; gastronomía, bordados, piel…pero sobretodo arquitectura 100% colonial crean la misma atmósfera mágica que sentí cuando visité el pueblo italiano. 

Y para muestra un botón: El Centro Cultural Ignacio Ramirez " El Nigromante" un antiguo convento que hoy ofrece obras de arte contemporáneo y una de las galerías pintadas más sorprendentes que he visto, o el Festival Internacional de Jazz y Blues que tuvo lugar el fin de semana que la visité. La XIX edición nada más y nada menos.
Sin duda una ciudad culturalmente viva que ha sabido reinventar su herencia colonial adaptándola a los nuevos tiempos.


¿Qué fue lo que más me gustó? Pues la Parroquia sin duda, de noche espectacular, La Plaza Allende (la plaza del pueblo) amenizada por grupos de mariachis, tiendas de artesanos- muchos de ellos extranjeros que han encontrado en San Miguel su paraíso de inspiración-, las casas pintadas de amarillo, azul, rojo,… los patios llenos de naranjos que me recordaban mi querido Barrio de Santa Cruz y la gastronomía que en México es siempre una apuesta segura.




Si hoy alguien me pregunta: - ¿se parecen Italia y México? Diré: - pues si rascas un poquito te darás cuenta del asombroso parecido entre el huevo y la castaña.


5 comentarios:

  1. Está "padrísimo" :D Me ha gustado mucho! Tendré que visitarlo por tus recomendaciones!

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  2. A ver si, ya que es Navidad, se hace el milagro y queda reflejado este comentario en el blog. Tengo cruzados hasta los dedos de los pies, allá voy, a darle al clic.

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  3. jajajajaja....se hizo el milagrito Paz!! Ya me enseñarás a la vuelta cómo se hace eso de cruzar los dedos de los pies, para ponerlo en práctica digo. ;-)

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  4. Mónica, te lo recomiendo al 200%. San Miguel de Allende es una maravilla.

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