Si alguien te dice que México e
Italia se parecen puedes pensar…Sí, como
un huevo a una castaña! Y es verdad,
no tienen nada que ver (en mi opinión). Pero si tuviéramos que buscar las
similitudes me quedo con dos pueblecitos que son primos hermanos: Calcata y San Miguel de Allende. El primero italiano, el segundo mexicano. Su denominador
común: la artesanía y su “aire cultureta” bien justificado.
Calcata para mí fue todo un descubrimiento,
que un pueblo tan bonito y pintoresco estuviera a tan sólo 40 Km de Roma me llamó la
atención. Es un oasis en medio del desierto, lo opuesto al caos de la capital
italiana llena de luces, pitidos de coches, gente que camina como loca de un
sitio al otro, ufff….y de repente este
paraíso. La idea es buenísima, reinventar un pueblo condenado al abandono con
artistas: pintores, escultores, artesanos de la piel…Ir a Calcata es como el
que va a un mercadillo de artesanías pero situado entre montañas y abierto 24
hrs los 365 días del año.
El escaparate es espectacular.
Sus calles pequeñas, estrechas y empedradas hacen que no puedas acceder en
coche, hay un parking a las afueras que te obliga -afortunadamente- , a
atravesar un camino que regala vistas como éstas.
Calcata es como un centro
comercial al aire libre, te invita a perderte y encontrar máscaras, tiendas
vintage y gastronomía que te hace la boca agua.
Aquí no es raro entrar en una
iglesia centenaria que expone las obras ganadoras de un concurso de nacimientos
en el que las propuestas van desde la “Barbie Family” donde la virgen María
tiene que competir con el ángel para llamar la atención de San José, la “Fanta Family”, obviamente de naranja porque la de limón prácticamente no existe en este país (y digo prácticamente porque al principio me hicieron creer que no existía de verdad) o la “ Conchiglie Family” que hubiera quedado perfecta en una escena natalicia de La Sirenita. Sea como sea no me diréis que no es una explosión de creatividad?!
Y eso es lo que te sorprende de
este pueblecito, que esperas que al doblar la esquina te salga “la vieja del
visillo” mirándote como si fueses un ocupa y sin embargo a quien te encuentras
es al doble de Bob Marley que ha montado una tienda de antigüedades con teléfonos
como los que tenía tu abuela…y que funcionan.^^
Cuando llegué a México todos me
decían que debía visitar San Miguel de Allende, una de las ciudades (aunque
para mí es más pueblo) coloniales más importante y turística del país. Con
todas las expectativas que me habían creado pensé que sinceramente me
defraudaría, pero no fue así. San Miguel me enamoró desde “el minuto 1” y sé
que más temprano que tarde voy a volver. Con el miedo que teníamos a salir de
la ciudad y nada más lejos de la realidad, qué tranquilidad pasear por sus
calles!
Y para muestra un botón: El Centro Cultural Ignacio Ramirez " El Nigromante", un antiguo
convento que hoy ofrece obras de arte contemporáneo y una de las galerías pintadas
más sorprendentes que he visto, o el Festival Internacional de Jazz y Blues que
tuvo lugar el fin de semana que la visité. La XIX edición nada más y nada
menos.
Sin duda una ciudad culturalmente viva que ha sabido reinventar
su herencia colonial adaptándola a los nuevos tiempos.
¿Qué fue lo que más me gustó?
Pues la Parroquia sin duda, de noche espectacular, La Plaza Allende (la plaza
del pueblo) amenizada por grupos de mariachis, tiendas de artesanos- muchos de ellos
extranjeros que han encontrado en San Miguel su paraíso de inspiración-, las
casas pintadas de amarillo, azul, rojo,… los patios llenos de naranjos que me
recordaban mi querido Barrio de Santa Cruz y la gastronomía que en México es
siempre una apuesta segura.
Si hoy alguien me pregunta: - ¿se
parecen Italia y México? Diré: - pues si rascas un poquito te darás cuenta del
asombroso parecido entre el huevo y la castaña.
Enhorabuena!
ResponderEliminarEstá "padrísimo" :D Me ha gustado mucho! Tendré que visitarlo por tus recomendaciones!
ResponderEliminarA ver si, ya que es Navidad, se hace el milagro y queda reflejado este comentario en el blog. Tengo cruzados hasta los dedos de los pies, allá voy, a darle al clic.
ResponderEliminarjajajajaja....se hizo el milagrito Paz!! Ya me enseñarás a la vuelta cómo se hace eso de cruzar los dedos de los pies, para ponerlo en práctica digo. ;-)
ResponderEliminarMónica, te lo recomiendo al 200%. San Miguel de Allende es una maravilla.
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